El 24 de febrero de 1814, Goya manda una carta a la regencia de España, informando de su pretensión de:
«perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa»
El 9 de marzo le respondía el gobierno aceptando pagarle el importe de lienzos, aparejos y colores. Dando como resultado que en el año 1814, seis años después de los hechos, pintó el lienzo - el tres de mayo de 1808 en madrid, y Los fusilamientos del 3 de mayo en la montaña del Príncipe Pío, que plasma los acontecimientos del día siguiente al representado en este cuadro.
Hay que resaltar que Goya no estubo presente en una escena similar ya que los pintó de acuerdo a los relatos que oyó sobre el acontecimiento
«perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa»
El 9 de marzo le respondía el gobierno aceptando pagarle el importe de lienzos, aparejos y colores. Dando como resultado que en el año 1814, seis años después de los hechos, pintó el lienzo - el tres de mayo de 1808 en madrid, y Los fusilamientos del 3 de mayo en la montaña del Príncipe Pío, que plasma los acontecimientos del día siguiente al representado en este cuadro.
Hay que resaltar que Goya no estubo presente en una escena similar ya que los pintó de acuerdo a los relatos que oyó sobre el acontecimiento
Con los cuadros quiso rendir homenaje a la resistencia española.
Durante la Guerra Civil este cuadro, junto con otros del Museo del Prado, fue sacado de España y trasladado a Ginebra. En ese traslado se deterioraron algunos fragmentos, como puede observarse en las faltas cubiertas de marrón a la izquierda del cuadro. Se cuenta que el camión que transportaba el lienzo rozó un balcón, y dado que la pintura se trasladaba en su bastidor (no enrollada), sufrió el impacto y se desgarró. En 2008 las zonas afectadas fueron restauradas y las figuras desaparecidas reintegradas a la acuarela.
Durante la Guerra Civil este cuadro, junto con otros del Museo del Prado, fue sacado de España y trasladado a Ginebra. En ese traslado se deterioraron algunos fragmentos, como puede observarse en las faltas cubiertas de marrón a la izquierda del cuadro. Se cuenta que el camión que transportaba el lienzo rozó un balcón, y dado que la pintura se trasladaba en su bastidor (no enrollada), sufrió el impacto y se desgarró. En 2008 las zonas afectadas fueron restauradas y las figuras desaparecidas reintegradas a la acuarela.
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